El tiempo de la colaboración ya está aquí: cuatro caminos para abordarlo
El tiempo de la colaboración ya está aquí: cuatro caminos para abordarlo
El cambio profundo en los modelos de creación de valor trae consigo desafíos que exigen que las empresas tengan un liderazgo humilde, una cultura de colaboración y que sepan aprovechar el aporte de los nativos digitales y de los clientes.
Por Oscar Veliz Salfate
Desde hace algunos años, estamos siendo testigos de un cambio de paradigma, en el que la era industrial en la que se ponen en valor la producción masiva, la escalabilidad y la eficiencia del hacer, está dando paso a una nueva configuración, a la que podemos llamar “Tiempo de la Colaboración”, pues el modelo que otorga valor es el de la colaboración masiva.
Lo anterior, viene de la mano de un cambio profundo en los modelos de creación de valor y, a su vez, en los modelos que guardan relación con la gestión empresarial, ya que fueron diseñados para el control desde un mundo predecible. Sin embargo, vamos hacia un tiempo más complejo, en el que todo está interconectado, parece que todo es más volátil y, por consiguiente, más incierto. Esto nos lleva a tratar de solucionar problemas del presente con herramientas del pasado.
«El modelo de Ordeno-Mando no nos servirá para transformar el valor propio de las nuevas generaciones en valor añadido para nuestra organización»
Dada la complejidad de las circunstancias, se hace necesario que los líderes partan desde una actitud humilde, puesto que las respuestas no llegarán por sí solas. De hecho, la sensación que abunda es la de que las empresas no están preparadas para gestionar estos escenarios difíciles. En este ejercicio de humildad, habrá que darse cuenta, además, de que lo importante de gestionar el futuro es manejar la incertidumbre de lo que no sabemos, de la misma manera en que para gestionar el presente, lo que realmente importa es lo que sabemos.
En cuanto a los desafíos, podemos mencionar algunos. En primer lugar, y muy importante, es generar organizaciones preocupadas de lo social y todo lo que esa dimensión conlleva. Dejar atrás la visión de procesos que jerarquizaron a las empresas en sus estructuras de negocio durante el siglo anterior y que se sigue utilizando, para dar paso a reconocer los nuevos medios de comunicación social, que abren espacio a la construcción colectiva que solo puede ser abordada por organizaciones con una dimensión social.
Por otro lado, hay que despegarse de los liderazgos anticuados. El modelo de Ordeno-Mando no nos servirá para transformar el valor propio de las nuevas generaciones en valor añadido para nuestra organización, la pasión de las personas y su creatividad son cosas que no se dan si la organización no se las merece. Es necesario nuevas formas de liderazgo para conectar con la inteligencia colectiva.
En resumen, hay cuatro caminos para abordar esta nueva era:
- La colaboración como desafío estratégico y como esencia del modelo de creación de valor, aunque para esto primero se debe implantar la cultura para hacerlo posible.
- El valor colectivo que proviene de los nativos digitales, ellos ya tienen el sistema operativo de la web social y ya saben que la información no se guarda sino se comparte para generar valor colectivo.
- Los clientes son sociales, puesto que buscan experiencias únicas, diseñadas exclusivamente para ellos. Una vez adquiridas, tienen por costumbre compartirlas en redes sociales y con sus colegas. A un clic también tienen toda la información de la empresa que los atendió, lo que los va obligando a co-crear con ellos.
- Organizaciones mas abiertas y transparentes, cuyo un valor esté en volver la mirada a las personas, a esta nueva dimensión social, donde el trabajo de todos sea abrir paso a la innovación y los nuevos liderazgos.
